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viernes, 7 de febrero de 2014

EXPEDICION SA FOSCA (MALLORCA) - G.E.C.A




            Hace tiempo que viene siendo costumbre, aunque cada vez con mayor dificultad debido a diversos compromisos personales que cada uno de nosotros adquirimos con el paso del tiempo, que nuestro querido grupo de GECA viene haciendo actividades que se salen fuera de lo habitual, fuera de la rutina semanal de nuestro funcionamiento. Actividades que sea como fuere vienen siendo una “recompensa” al trabajo duro y la constancia que este deporte requiere. Actividades que procuramos sean un regalo para todos y cada uno de nuestros sentidos, para nuestros gustos y para nuestro amor a este deporte.

            Esta vez nos decidimos por hacer uno de los barrancos míticos a nivel europeo, que en realidad son tres y que entran dentro de las “mecas” del barranquismo para los amantes de los deportes de riesgo como la espeleología: El barranco de Gorg Blau, Sa Fosca y Torrent de Pareins.

            Dichos barrancos se encuentran en la Isla de Mallorca, en plena Sierra de Tramontana, al norte de la isla.

            Varios meses de llamadas, visitas en internet, documentación grafica y técnica, horas de reuniones interminables y planificaciones, contando con la colaboración de amigos más cercanos y más lejanos que con sus experiencias anteriores sobre este terreno en particular nos pusieron al día de esta aventura. Porque no hay mayor satisfacción que poder contar con la “solidaridad” que abunda entre los que amamos este deporte y que hace muy muy grande la “deportividad” y “compañerismo” vividos a lo largo de la historia de esta expedición. A todos ellos gracias.

            Por fin llega el día y la hora previstos para emprender tan ilusionante viaje, tan emocionante expedición que reúne a casi todo el grupo al completo, veteranos, noveles, jóvenes y no tan jóvenes.

            Día 21 de noviembre (Jueves): A eso de las diez de la mañana el grupo se concentra en el lugar habitual para nuestras actividades. Nervios a flor de piel, soluciones rápidas a pequeños olvidos y nos introducimos de lleno en la expedición. Partimos dirección al aeropuerto de Manises (Valencia) donde dejamos nuestros vehículos en un parking cercano al mismo. Tras pasar los pertinentes controles de embarque y una comida rápida cogemos el avión que nos lleva directos a la isla.

            Una vez allí, recogemos los vehículos de alquiler, hacemos compras de última hora que el vuelo no nos permitía llevar y nos dirigimos al albergue, algo cansados y con mucha hambre. Cuando llegamos, cenamos y rápidamente nos dispusimos a preparar equipos, y la revisión parte por parte de todo el día. No tardamos en darnos cuenta de que no iba a ser una expedición agradable. Llevaba varios días lloviendo en la isla y los lugareños ya empezaron a advertirnos que lo que teníamos planeado era un tanto arriesgado. Aun así no dejamos que el pesimismo nos invadiera (eran muchos meses de planificación y no estábamos dispuestos a retirarnos tan pronto). Antes de dormir acordamos seguir con el plan previsto. Hicimos una especie de conjura, ya que no iba a ser precisamente un paseo. Los posibles casos de hipotermia, la larguísima duración de la actividad, el agotamiento físico y el desconocimiento del estado actual del barranco nos hacen estremecernos un poco. Realizamos las llamadas pertinentes a miembros del GREIM de la Guardia Civil mallorquina y a los propios compañeros de Oje de la zona, los cuales nos dijeron que esperáramos al día siguiente para ver como se desarrollaban los acontecimientos meteorológicos. Todos nos fuimos a dormir, eso sí, algo inquietos porque empezó a llover y a empeorar el tiempo.



           Día 22 de Noviembre (Viernes): Nos levantamos a la hora prevista (6 a.m.). La noche todavía reina y no nos deja ver lo que más adelante nos esperaba. Todos los vehículos estaban listos desde la noche anterior. Desayunamos y emprendimos el camino hacia la zona prevista de salida y aproximación al Gorg Blau, primero de los tres barrancos a realizar. Justo cuando llegamos al lugar previstos comienza a llover muy fuerte y no tarda en granizar. Todo era rabia e impotencia pero quedaba un hilo de esperanza que nos hizo reaccionar como se debe de hacer en estos casos: Primero, este no es un deporte cualquiera y hay que calcular todos los riesgos posibles, es cierto que después de tanto tiempo soñando con esto la” voz del diablo” estaba presente, pero con sentido común, que es el que diferencia el disfrute del sufrimiento, decidimos dar por suspendida dicha expedición, la tan minuciosamente planeada, eso sí, estábamos allí y no íbamos a desaprovechar esa oportunidad. Hicimos varias llamadas a barranquistas de la zona y amiguetes nuestros de Cieza y todos nos aconsejaron no entrar, aunque nos propusieron alternativas siempre y cuando el tiempo amainara. Ya teníamos nuevo plan y esperamos a la mejoría del tiempo mientras que, ya de día, comenzamos a recorrer las carreteras de aquella zona y a levantarnos la moral con tan bellas vistas. Montañas y Mar Mediterráneo juntos. Un espectáculo que ya nos hizo recobrar la moral. Nos acercamos a Sa Calobra, destino final de nuestra expedición original y allí el mar y las olas nos brindaron bellísimas imágenes y muchas risas. Tantas que nos recuperó del todo en cuanto a ánimos y decidimos enfundarnos los trajes de neopreno y hacer, al menos, el último de los barrancos previstos originalmente, Torrent de Pareins. Con ayuda de los comerciantes de aquella zona que nos dejaron una cochera a modo de vestuario nos equipamos y cogimos rumbo a la senda de aproximación a dicha zona. Justo donde termina Sa Fosca y el empieza el Torrent. Los ánimos de nuevo por las nubes y muy buen ambiente durante toda la travesía nos hizo disfrutar como si esa actividad fuera la planeada inicialmente. Y en verdad pudimos disfrutar de al menos uno de los retos  propuestos: terminar en la desembocadura de este barranco en pleno mar. Una vista especial que pone de manifiesto la grandeza y la belleza de la naturaleza. Contentos de haber “aprovechado” el viaje y con la firme promesa de volver a la isla a “quitarnos la espinita” emprendimos el regreso a los vehículos. Una vez reunidos allí comimos en un restaurante que amablemente nos acogió. Entre risas y comida intercambiamos opiniones y dimos paso a la segunda parte de esta expedición: La despedida de soltero de nuestro compañero Bartolo, el cual se casaba en dos semanas. Volvimos al albergue donde tras una ducha reparadora y una cena, pasamos una velada entre amigos especial. Nos fuimos a dormir satisfechos de la manera en que habíamos solventado tantos infortunios.




            Día 23 de Noviembre (Sábado): Nos levantamos a buena hora y nos dirigimos a la capital de la Isla, Palma, donde disfrutamos de la ciudad y de su gastronomía hasta bien entrada la tarde. De nuevo volvimos al pueblo que teníamos como base para disfrutar de una cena y de la acogedora hospitalidad de la gente de aquella zona. Y tras una larga noche volvimos al albergue a descansar. (Bartoloooooooo, que te casaaaaaasssss!!!!!!). Este fue nuestro grito de guerra aquel día.


                Día 24 de Noviembre (Domingo): Este día fue el elegido para el regreso a casa. Recogida de equipajes y preparación de los mismos para el vuelo. Risas de lo acontecido durante todo el fin de semana y una pizca de “morriña” porque aquello que habíamos esperado durante tanto tiempo llegaba a su fin. De nuevo en el aeropuerto que, nos vio llegar ilusionados, pasamos los controles pertinentes y despegábamos rumbo a la península, a Manises de nuevo, donde ya solo nos quedaba recoger nuestros vehículos y volver a casa en la última etapa de esta expedición.

                Siempre nos gusta destacar algo de estas actividades. Pues bien, esta vez no será lo acontecido en lo referente a este deporte y su apartado físico, si no que quiero destacar la preparación mental, que fue puesta a prueba como nunca habíamos experimentado en los años que llevo en este barco llamado OJE en general y GECA en particular (y ya son unos cuantos). Fue un alarde de serenidad y saber sobreponerse ante la adversidad sin precedentes……………. ¡¡¡¡¡¡y esto es lo que quiero destacar!!!!!!!!. Como ya he dicho, nunca habíamos tenido la mala suerte de sufrir este tipo de problemas y supimos anteponernos a lo adverso. Eso es con lo me quedo personalmente y estoy seguro de que mis compañeros también. A veces lo difícil es afrontar ciertos retos,……. en la mayoría de casos, retos que hemos superado otras veces, pero saber qué haces  lo correcto aún cuando el corazón te impulsa a lo contrario y nunca has estado en estas tesituras es lo verdaderamente difícil l. Así que es algo nuevo que, por muy difícil que fuera, supimos superar y por ello me siento ORGULLOSO de mis compañeros.

                Por último quiero agradecer a todos aquellos que nos apoyaron y ayudaron desinteresadamente  antes, durante y después de esta aventura, que estuvieron pendientes de nuestra evolución en esta actividad,………… a todos!!!!!!!. GRACIAS DE CORAZÓN

V.Q.S.

SERGIO HARO

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