Con
el propósito de cumplir con lo prometido en la última actividad del AMPA, que
no era otro que andar para aliviar nuestras conciencias después de lo que
comimos, quedamos el pasado domingo a las nueve de la mañana en el Puente de
Hierro. El objetivo no era otro que realizar la ruta de los puentes de Cieza y
disfrutar del maravilloso entorno natural con el que cuenta nuestro pueblo.
Así pues, poco a poco fuimos
apareciendo hasta conformar un nutrido grupo, variopinto, pero grupo al fin y
al cabo. Es verdad que no formamos un grupo a la usanza actual, como los que
vemos cada fin de semana, que vienen incluso de otros municipios y que bien
podrían parecen un equipo con su uniformidad similar; no, nosotros no vamos
correctamente uniformados. Están los que van totalmente equipados con bastones
como si fueran a subir al Himalaya, Los que bien parece que van a dar un ligero
paseo hasta con perro incluido, los que sudan hasta por las costuras del
plumífero....¡no he visto eso en mi vida! Luego están los empiezan y terminan
“repeinaos” como si la cosa no fuera con ellos, las que vienen que parece que
han perdido la guerra despojadas de ropa y descocadas, pidiendo oxigeno y agua
para aliviar el cansancio, ah! y por supuesto hasta uno que parece el coreano
este que puso de moda la canción de gangnam style.
Como somos tan acogedores en el AMPA
y tenemos la diversidad por bandera, que
siempre es enriquecedora, permitimos incluso que algún que otro jubilado, más
acostumbrado a bailar al son de los pajaritos de Mª Jesús y su acordeón, en
algún hotel de Benidorm, que a este tipo de actividades, nos acompañara.
Entre risas y chascarrillos nos
dirigimos hacía el puente de la presa por el lateral del rio que circula por la
Isla, para cruzarlo y regresar por el carril de la presa hasta el Puente Hierro
de nuevo. Una vez allí, pasamos por la nueva pasarela y por el camino de tierra
nos dirigimos hasta el Puente del Argaz, pasado por la zona de la Era y el
Puente Alambre.
La verdad es que ese recorrido se
nos hizo hasta corto, quizá porque íbamos disfrutando del paisaje y en buena
compañía, aunque también es posible que influyera, que como en todos los
grupos, nosotros también tenemos nuestra “mosca cojonera”. Nuestro “Pato Lucas”
particular que balbucea a diestro y siniestro y que con su personalidad
frenética e impredecible y su gracia natural, nos anima y nos mantiene
despiertos todo el recorrido.
Así pues y como nos pareció corto,
decidimos alargar la ruta con la popularmente conocida vuelta al Menjú, para finalizar en la zona de
estiramientos del Puente de Hierro.
Una vez allí, algunos se atrevieron
incluso a intentar estirar, bien es cierto que con poca pericia. Pero en lo que
todos estábamos de acuerdo es la estupenda jornada que habíamos tenido.
Otra
prueba superada......a por la siguiente.
Vocalía de Información y Difusión
Hogar del Guía- O.J.E. Cieza
Vale Quien Sirve
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