Hace unas semanas comenzó el
curso en el Hogar del Guía de la O.J,E. de Cieza. Ese mismo día anunciamos que
este fin de semana tendríamos una acampada para empezar dando guerra como
hacemos cada año y así ha sido: Nerpio fue el lugar elegido, exactamente el camping «Las nogueras de Nerpio».
Sábado, 7:00 de la mañana en la
Plaza de las Cortes, una montaña de mochilas y todos preparados para emprender
la aventura que teníamos por delante. Aunque era muy temprano, la ilusión se
reflejaba en las caras de los chicos, como también se veían las caras de sueño.
Rápidamente montamos en el autobús y esas caras de sueño: ¡se disiparon en
menos de un cuarto!
Tras dos horas de curvas y
paisajes espectaculares, llegamos a Nerpio. Sin tardar ni un segundo almorzamos
y repartimos las habitaciones en las que dormiríamos después de un día
agotador, pues fue un día repleto de actividades con las que todos disfrutamos
muchísimo.
En primer lugar, nos dividimos
los flechas y los arqueros por un lado, y por otro los cadetes. A los flechas y
arqueros nos dieron todas las indicaciones los monitores del camping para poder hacer todas las actividades de
aire libre que íbamos a realizar esa mañana. Luego, nos pusimos los arneses y seguidamente empezamos con las actividades.
Mientras los arqueros hicieron el Parque Aéreo, los flechas escalaban la
escalera pirata y cuando cada uno de los dos círculos terminó de realizar su
actividad, rotamos. Los cadetes hicieron rappel en un barranco que se
encontraba cerca del camping.
A la hora de comer ya habíamos
terminado todos de hacer las actividades de la mañana y nos reunimos para comer
y descansar un rato, pues por la tarde también había unas actividades muy
divertidas.
Cerdos vietnamitas, guanacos,
hurones, conejos, mapaches, una boa, ratones, tarántulas y otros animales
fueron los protagonistas de la tarde para flechas y arqueros. Ya que el camping
en que nos encontrábamos contaba con un mini-zoo decidimos visitarlo al
completo. Al igual que habíamos hecho por la mañana hicimos por la tarde, nos
dividimos y los flechas exploraron primero el mini-zoo y luego el reptilario y
los arqueros al contrario. Los cadetes realizaron una serie de actividades
deportivas en la pista dónde acabaron nuestros flechas y arqueros jugando al
conocido mate.
Casi sin darnos cuenta iba
pasando el día a una velocidad de vértigo y, un poco cansados, necesitábamos
una buena ducha. Una vez todos aseados nos dirigimos al comedor dónde nos
esperaba una deliciosa cena que preparó nuestro equipo de cocina. Todos los niños
cenaron rápidamente, entre que estábamos hambrientos y la cena de rechupete...
Antes de dormir nos faltaba
todavía la última actividad. En esta ocasión, cada círculo hizo una actividad
diferente en la que se relajaron todos juntos: dinámicas, astronomía... Tras
estas actividades nos fuimos a la cama, deseando que llegara la mañana
siguiente para seguir disfrutando al máximo de la experiencia.
¡SILENCIO!
Ya a las 7:00 de la mañana se
oyeron los primeros susurros, y aunque la diana era una hora más tarde, nuestros chicos ya estaban despiertos...
Estaban dispuestos a seguir haciendo actividades y a continuar con la aventura,
pero antes teníamos que coger fuerzas y... ¿Qué mejor que el desayuno que
habían preparado nuestros cocineros?... Quedaba poco tiempo y había que
aprovecharlo al cien por cien así que, tras haber desayunado, recogimos las
mochilas y nuestras habitaciones.
Flechas, arqueros, cadetes, guías
y guías mayores, en una enorme fila india, marchamos rumbo al pueblo de Nerpio,
donde paseamos a lo largo de su río, contemplamos paisajes naturales únicos,
algún que otro caballo, y también estuvimos descansando en una plaza del
pueblo. Enseguida se hizo la hora de comer y ya se iba acercando el final de
esta aventura.
Tras degustar la riquísima comida
que teníamos lista cuando llegamos al camping, terminamos de recoger todas
nuestras pertenencias y montamos en el autobús para regresar a nuestro destino.
Una vez más, nuestro objetivo se
había conseguido, los niños llegaron al pueblo con una sonrisa de oreja a oreja
y es que cada momento, cada actividad, cada acampada, cada charla o cada comida
no tiene otro fin para nosotros que el de que cada uno de nuestros niños
disfrute, aprenda, tenga ganas de volver
al fin de semana siguiente, pueda contar mil anécdotas e, intentar, que se
vayan lo más contentos posibles.
No podía terminar esta memoria
sin mencionar a nuestro equipazo de cocina que trabajó increíblemente y nos
alimento durante el fin de semana, gracias: Juanma, María y Cristina; a la secretaría
de actividades por haber trabajado duro antes, durante y por seguir trabajando
continuamente para conseguir actividades de este calibre; a nuestras invitadas
especiales en este viaje: Melba, Iris, Rebeca y Julia; a nuestro Jefe de Hogar
y, por supuesto, a todo el cuadro de mandos.
«Rulen, qué rulen experiencias sin parar,
risas, canciones,
viajes, no olvidarás,
esta vida es un
juego,
apostando, ganarás»
Vocalía de Información
y Difusión
V.Q.S
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