Con los grupos ya realizados de las sesiones anteriores, se da comienzo a la actividad en el que cada grupo de flechas continua en su respectivo Proel.
En el hogar se quedó el Proel de guiñol y titiritero, donde los flechas tuvieron que llevar un peluche con los que crearon historias fantásticas y llenas de risas.
Los proeles de aire libre iniciaron su marcha hacia nuestra Atalaya donde tras hacer una pequeña ruta se realizó una pista de rastreo en la que los flechas pusieron todos sus sentidos en la naturaleza para realizarla. Se dio una clase de cabuyería y de construcciones en la que con mucha imaginación hicieron unos trabajos fantásticos. Por último el Proel acampador volvió a una jornada de técnicas de supervivencia y acampada con la que ampliaron sus conocimientos que les serán imprescindibles.
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