El sábado 1 de junio, muy
temprano, los cadetes se reúnen en la puerta del Hogar del Guía a las 8:00
a.m., pues a esa hora fueron convocados para dar comienzo su actividad junto al
grupo GECA, el cual nos acompañó toda la mañana.
Divididos en los vehículos
disponibles partimos hacia el paraje de los “losares”, Almadenes, donde se
encuentra una gran variedad de simas y cavidades de las cuales nosotros íbamos
a visitar la Cueva
de Río-Niño, aunque además pudimos ver las entradas de algunas cuevas que se
encontraban próximas a esta.
Así que dejamos los coches y
comenzamos a andar hasta la boca de la Cueva.
Allí nos preparamos y nos pusimos los monos, cascos, cogimos
la iluminación apropiada y junto a Juanma, Luís y Dani (Perquin) nos adentramos
en la Cueva de
Río-Niño.
La entrada a la cueva la hicimos
en cuclillas, pero mas adelante pudimos ponernos de pie completamente,
encontrándonos dos amiguitos muy curiosos. Tuvimos la suerte de ver a dos
murciélagos en su hábitat.
En una de las salas, Juanma nos
explicó como era el mundo del subsuelo, contándonos sus experiencias y
anécdotas sobre las actividades realizadas en las cuevas. Durante unos minutos
nos mantuvimos en silencio y apagando los frontales pudimos comprobar el autentico
sonido del silencio y a la vez observamos como era la plena oscuridad. Fue un
momento bastante especial en el que todos los cadetes tuvieron miles de
sensaciones nuevas que luego compartimos unos con otros.
Después de este momento tan
bonito, nos siguió explicando los tipos de cuevas que habían, comentándonos que
la Río-Niño
era un sistema, ya que consta de dos orificios de entrada a esta misma cueva
pudiendo entrar y salir por ambas. Pudimos contemplar las estalagmitas y
estalactitas que se encontraban en el interior de la cavidad.
El grupo GECA nos encomendó una
misión: encontrar la gatera que nos llevaría al otro lado de la cueva donde se
encontraba la salida.
Así que manos a la obra y a pesar
de la poca visibilidad que hay dentro de las cuevas nos pusimos a buscar y
explorar por toda la sala. Nada nos detenía, buscamos y buscamos hasta que
dimos con la gatera, y arrastrándonos por ella durante un buen tramo nos llevo hacia
la salida donde la luz del sol nos deslumbraba. Ya estábamos fuera y nuestra
misión fue completada correctamente.
Personalmente para mi esta
actividad a significado mucho, ya que hacia mucho tiempo que no disfrutaba de
las maravillas que se encuentran en el subsuelo, así que dar las gracias a ese
gran grupo de personas y amigos, del que por suerte formo parte, que actividad
tras actividad nos acompañan, nos ayudan y nos enseñan nuevos mundos, gracias
al grupo GECA y en especial a Juanma, Luís y Daniel (Perquin) que fueron los
que nos acompaño en este día. Por mi parte también agradecer a mis chicos y
chicas que forman este pedazo de Círculo de Cadetes, Gracias a tod@s.
Vale Quien Sirve Estela Sánchez (Totus)
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