Hace algunas semanas el círculo de arqueros comenzó con un timonel que no solo les hace crecer como arqueros en la O.J.E., sino que también les hace crecer como personas en la vida. Este timonel del que les hablo es sobre la Lengua de signos española (L.S.E.).
A día de hoy aprender es la clave del éxito y cuantas más cosas aprendamos mejor será el futuro que nos queda por vivir. Por ello, el cuadro de mandos de los arqueros decidieron llevar a cabo este timonel.
La primera sesión del timonel fue la más teórica, aunque a su vez estuvo llena de práctica. En esta primera toma de contacto con la L.S.E., los arqueros conocieron, grosso modo, la cultura de la comunidad sorda y la importancia de las lenguas de signos en la vida cotidiana. Además, los chavales aprendieron los signos sobre varios temas: los días de la semana, los meses del año, los colores, algunos países, los números del 1 al 20, fórmulas de saludo y, entre otras cosas, una de las más fundamentales, el abecedario dactilológico. 
Una vez terminada esta sesión, todos se marcharon con una meta que los mandos habían propuesto: grabar la canción Cambiar el mundo con mis manos en la L.S.E.
Dos semanas más tarde, el círculo se reunió de nuevo y el reto que se había planteado empezó a dar sus frutos. Todos los arqueros aprendieron los signos para poder interpretar la canción de la mejor manera posible y con el fin de facilitar la comprensión de nuestra canción a las personas con deficiencia auditiva. El trabajo fue duro, no es una canción fácil de signar, ni tan siquiera para un adulto, aún así todos nos quedamos sorprendidos de cómo nuestros chavales interpretaban la canción sin mostrar dificultad alguna.
Después, nos remojamos en el patio con una serie de juegos acuáticos y, aunque comenzó a llover, nosotros no paramos de jugar.
Preparando esta actividad me venían a la cabeza muchos de los lemas que nos rondan la cabeza cuando pensamos en la OJE como: Saber hacer para hacer saber. No soy todavía un profesional de la LSE, pero lo que se, me gusta compartirlo y, aunque estas actividades requieran una preparación rigurosa, el resultado siempre es satisfactorio, para mandos, arqueros, flechas y, en definitiva, para la OJE a todos los niveles. Ahora, nuestros chicos pueden comunicarse de alguna manera con personas sordas y creo que esto es lo más importante.
Antes de despedirme, me gustaría acabar con una frase que se quedó en mi retina desde que la vi y que cada vez se está haciendo más importante para mí:
No quiero ser una estrella, prefiero ser un ejemplo para los niños.
Vocalía Información y Difusión
V.Q.S.
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